La higiene es una de las principales formas de preservar nuestra salud. Dentro de la higiene diaria no debemos olvidar el cuidado de nuestra boca durante todas las etapas de la vida (desde que aparecen los primeros dientes), ya que la falta de ésta podría acarrear múltiples enfermedades.

Por esto, es tan importante mantener de por vida los hábitos de higiene bucal adquiridos, junto con las revisiones periódicas del dentista.

El objetivo de una buena higiene bucal es prevenir y eliminar la acumulación de placa bacteriana para prevenir sus efectos nocivos sobre dientes y encías.

Las principales pautas que se deben seguir son:


Limpiar los dientes a diario, al menos 2 veces al día y durante al menos dos minutos.
Elegir un cepillo adecuado que el tamaño del cabezal no sea muy grande y que los filamentos sean medios o suaves.
Utilizar sedas o cintas dentales o, si los espacios son amplios, cepillos interproximales, para limpiar entre los espacios interproximales.
Cambiar el cepillo de dientes aproximadamente cada 3 meses.
Utilizar reveladores de placa para que la placa bacteriana sea más visible y, por tanto, faciliten el cepillado.
Realizar la limpieza lingual con un movimiento desde atrás hacia delante para arrastrar los restos de comida, células descamadas, mucosidades, bacterias, etc.
Utilizar irrigadores bucales para eliminar las bacterias depositadas en los dientes, las encías y los lugares de difícil acceso.
Realizar enjuagues bucales (de uso diario o específicos según las necesidades), para reducir eficazmente la placa bacteriana y proporcionar el máximo frescor.
Controlar el consumo de alimentos azucarados. Lo ideal es evitar consumirlos pero, en caso de hacerlo, es importante lavarse después los dientes.
Acudir regularmente al dentista para que realice una revisión de la boca, por lo menos 1-2 veces al año, así como una limpieza profesional.

La cavidad bucal presenta un ecosistema altamente diverso, con más de 1.000 especies microbianas diferentes que colonizan los diversos hábitats.


Algunas de estas bacterias que se encuentran en la placa bacteriana son potencialmente patógenas y responsables de los principales problemas asociados:

Caries
Gingivitis y periodontitis
Halitosis

Existen varias técnicas de cepillado, unas más adecuadas que otras en función de la persona. Simplemente es aplicar aquella que permita la eliminación de la placa bacteriana de una forma cómoda, en un tiempo adecuado y sin causar ningún tipo de lesión en los tejidos.


La técnica que resaltamos es la Técnica de Bass, ya que ésta permite eliminar la placa bacteriana que se encuentra en el margen gingival, que puede iniciar la aparición de las enfermedades de las encías.


Ésta consiste en:
Inclinar el cepillo en ángulo 45º grados entre diente y encía, se hace una pequeña vibración en el margen gingival y posteriormente se realiza un movimiento de barrido en dirección contraria a la encía.