Actualmente existe un porcentaje elevado de la población con maloclusiones y malposiciones dentarias que necesitan tratamiento de ortodoncia con aparatos removibles o fijos. Su efecto permite restablecer la funcionalidad de la boca, a la vez que mejorar la estética dental y facial y, por lo tanto, aumentar la calidad de vida del paciente.

Realizar una completa higiene bucal sin olvidarse de la limpieza interproximal adecuada para portadores de ortodoncia.
Usar cepillos dentales que tengan el perfil de los filamentos en forma de V que se adaptan a la forma de los aparatos de ortodoncia, junto con una pasta dentífrica y un colutorio con una formulación específica para portadores de ortodoncia.
Aplicar una cera blanda sobre los aparatos fijos para prevenir la aparición de aftas.
En el caso de los aparatos removibles, usar los comprimidos limpiadores efervescentes que eliminan los restos de alimentos y la placa bacteriana adheridos al aparato.
No comer alimentos duros, tales como nueces almendras, pan tostado y semillas.
No ingerir alimentos pegajosos y/o azucarados como chicles, turrones, caramelos o similares.
Tener cuidado con huesos de frutas y hortalizas.

A pesar de los avances en los tratamientos de ortodoncia, continúa siendo un reto importante disminuir las frecuentes molestias que pueden aparecer durante el proceso y que comprometen su éxito, así como la calidad de vida de los pacientes.


Inflamación gingival, caries y halitosis:
Debido a la complejidad de la eliminación de la placa bacteriana en zonas altamente retentivas, como las que se forman con los aparatos de ortodoncia.


Dolor y/o molestias:
Se manifiestan por la presión producida durante la masticación o al apretar con fuerza los dientes.


Ulceraciones:
Debido al roce de los diferentes aparatos ortodónticos en los tejidos blandos. Dificultan y limitan la alimentación y, en algunos casos, también el habla.